Desde hace unos días estamos asistiendo a una nueva política de personal encaminada a un control exhaustivo de la puntualidad en la entrada y salida de los centros de trabajo, así como de los períodos de descanso diarios.
En ningún momento y desde esta Sección Sindical se pone en entredicho los mecanismos que el Ayuntamiento impone a través de su poder de dirección para controlar la asistencia y puntualidad, pero sí es cierto que en los últimos años no hemos sido controlados de una forma tan rígida, lo que ha podido conllevar a un relajamiento en la puntualidad en la entrada por parte de algún empleados o empleada de este Ayuntamiento.
Los empleados de este Ayuntamiento, como profesionales y servidores públicos conocemos de nuestras obligaciones en contraprestación a nuestros derechos sociales y retributivos, pero lo que sí es cierto que aunque como cumplidores de ellas, el continuo y rígido control llevado a cabo en los últimos días ha desembocado en un clima de nerviosismo y de insatisfacción desde el sentimiento de encontrarnos continuamente observados. Desde esta Sección Sindical entendemos no somos merecedores de tan estricta vigilancia, ya que esta resta calidad en el servicio y trato con los administrados. No podemos olvidar que la serenidad ha de imperar en todo momento en los servidores públicos para que el trato al ciudadano sea el que se merece en todo momento y que los servicios que prestamos sean eficientes, rápidos, seguros y transparentes como se viene demandando en todo momento por la ciudadanía.
A todos nos queda claro que la intención del Equipo de Gobierno de hacer notar el establecimiento de un control de presencia para corregir ciertas prácticas es ya más que patente, pero desde esta Sección Sindical entendemos que los desajustes horarios detectados hasta el momento en ningún momento se han sido el resultado de la práctica de mala fe por parte de ningún trabajador o trabajadora, sino que por el contrario se han dado por diferentes causas que en ninguno de los casos han ocasionado detrimento en el servicio.
Es por todo ello y ante la implantación de una nueva política de control presencial y de horarios, por lo que hemos solicitado al Alcalde se sirva dar las órdenes oportunaas para que excepcionalmente y hasta la fecha de hoy, los desajustes habidos sólo sirvan para que los empleados y empleadas sean advertidos de su incumplimiento, sin que pasen a tachar sus expedientes personales ni supongan detracción de sus haberes mensuales.
En ningún momento y desde esta Sección Sindical se pone en entredicho los mecanismos que el Ayuntamiento impone a través de su poder de dirección para controlar la asistencia y puntualidad, pero sí es cierto que en los últimos años no hemos sido controlados de una forma tan rígida, lo que ha podido conllevar a un relajamiento en la puntualidad en la entrada por parte de algún empleados o empleada de este Ayuntamiento.
Los empleados de este Ayuntamiento, como profesionales y servidores públicos conocemos de nuestras obligaciones en contraprestación a nuestros derechos sociales y retributivos, pero lo que sí es cierto que aunque como cumplidores de ellas, el continuo y rígido control llevado a cabo en los últimos días ha desembocado en un clima de nerviosismo y de insatisfacción desde el sentimiento de encontrarnos continuamente observados. Desde esta Sección Sindical entendemos no somos merecedores de tan estricta vigilancia, ya que esta resta calidad en el servicio y trato con los administrados. No podemos olvidar que la serenidad ha de imperar en todo momento en los servidores públicos para que el trato al ciudadano sea el que se merece en todo momento y que los servicios que prestamos sean eficientes, rápidos, seguros y transparentes como se viene demandando en todo momento por la ciudadanía.
A todos nos queda claro que la intención del Equipo de Gobierno de hacer notar el establecimiento de un control de presencia para corregir ciertas prácticas es ya más que patente, pero desde esta Sección Sindical entendemos que los desajustes horarios detectados hasta el momento en ningún momento se han sido el resultado de la práctica de mala fe por parte de ningún trabajador o trabajadora, sino que por el contrario se han dado por diferentes causas que en ninguno de los casos han ocasionado detrimento en el servicio.
Es por todo ello y ante la implantación de una nueva política de control presencial y de horarios, por lo que hemos solicitado al Alcalde se sirva dar las órdenes oportunaas para que excepcionalmente y hasta la fecha de hoy, los desajustes habidos sólo sirvan para que los empleados y empleadas sean advertidos de su incumplimiento, sin que pasen a tachar sus expedientes personales ni supongan detracción de sus haberes mensuales.
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