El año 2012 no es, como esperábamos hace un año, el de la recuperación del empleo. Y si además se han generalizado los recortes en las políticas públicas que afectan a la sanidad, la educación, las prestaciones sociales, etc… es una catástrofe social que pondrá en tela de juicio nuestras posibilidades reales de recuperación; las estadísticas ya nos dicen que el 21,8% de la población residente en España está por debajo del umbral del riesgo de pobreza, 1,1 puntos más que el año anterior. ¿Alguien duda que eso tiene que ver con el altísimo nivel de paro? ¿Alguien cree que precarizando todavía más el mercado de trabajo se resolverá? Sólo sería sumar a lo malo lo peor.
En esta esquizofrenia que viven las democracias occidentales, -capaces de considerar un riesgo para la estabilidad política el hecho de que los ciudadanos griegos puedan decidir en referéndum –después de tanta imposición europea- qué tipo de compromisos económicos quieren asumir; o capaces de dar lugar en España a una reforma Constitucional casi furtiva, negando a los ciudadanos el derecho a pronunciarse sobre la máxima norma que les gobierna nos enfrentamos a otra esquizofrenia: la erosión de la libertad sindical.
Mientras algunos de los más relevantes juristas de nuestro país nos recuerda que la libertad sindical es esencial para el Estado de Derecho, que tiene la misma relevancia y protección constitucional que cualquiera otro de los derechos y libertades fundamentales vigentes, nuestros delegados sindicales se encuentran con que la precariedad laboral y el miedo a perder el trabajo que atenaza a buena parte de los trabajadores condiciona su libre ejercicio. Eso en la economía normalizada, en ese más de 20 por ciento de economía “en negro” que hay en nuestro país, no existe ni la legalidad para los trabajadores.
No aceptamos que se quiera convertir la libertad sindical en una libertad “de segunda” y, tanto si el “clima” que nos acoge es mejor o peor, tenemos una función constitucional que hacer, una trabajo en las empresas que defender, y un papel de interlocución política y social que vamos a exigir. Porque cualquier enfermedad, incluida la esquizofrenia democrática, hay que combatirla para que no cause daños irreparables.
PALABARAS DE UN JUBILADO
ResponderEliminar_________________________
DEBO DECIROS aDios
puesto que la hora avanza
y debemos descanzar,
para iniciar un mañana,
confio aúnque madrugeis
y prepareis vuestra armas,
no perdais vuestro moménto,
por un ratito de cama,
tenéd despierta la mente,
y vestios de esperanza,
llevad corazón alegre,.....
y recordar mis palabras,
hasta luego mis amigos,
"NOS VEMOS EN LA BATALLA".
GRACIAS COMPAÑEROS DE
LA UNION GENERAL DE TRABAJADORES.