Desde hace tres
décadas, los trabajadores hemos visto año tras año como nuestra nómina se
veía modificada en el mes de enero, principalmente como consecuencia de la
negociación colectiva, en la que se utilizaban habitualmente como
referencia para su incremento y negociación, índices como el IPC, el IPREM, o a
veces incrementos de cantidades lineales que aumentaban nuestra capacidad de
compra o poder adquisitivo.
Desde hace unos
años está ocurriendo todo lo contrario, año tras año, en el mes de enero vemos
como nuestra nómina adelgaza transportándonos a niveles salariales de hace más
10 años.
Todo comenzó con
el fatídico decremento anunciado por Zapatero a mediados del año 2010 en el que
los funcionarios fuimos sometidos al mayor atraco de la reciente historia
democrática. La política del gobierno socialista culminó en una bajada de los
salarios de los empleados públicos que supuso un rebaja entre el 5 y 7 por
ciento de las retribuciones anuales.
En el año 2011, y
también de manos de un gobierno socialista "obrero" veíamos como las retribuciones de los empleados públicos se
congelaban, pero ojo, se congelaban las del año anterior una vez deducido el
porcentaje de descuento correspondiente.
En el año 2012,
las agresiones salariales y sociales a los empleados públicos se sucedieron a
lo largo de todo el año, pero esta vez de manos de un gobierno mandatado
por el Partido Popular, que prometió hasta la saciedad en campaña electoral que
no cargaría más contra la función pública.
El gobierno
popular volvió a congelar nuestros salarios, nos aumentó considerablemente el
Impuesto de Retenciones sobre las Personas Físicas (IRPF), que en la mayoría de
los casos nos supuso un incremento de 2 puntos porcentuales. No satisfechos con estos desmanes, a mediados de año el Sr. Rajoy anunciaba la supresión de la
paga extraordinaria de Navidad. Y como eran insuficientes las medidas contra
los funcionarios, también se aprobó la
norma mediante la cual en los casos de enfermedad, nuestra nómina se vería
reducida a la mínima expresión.
Y mientras
ocurría todo esto, en estos años sólo hemos asistido a un continuo
aumento de los precios, y por tanto a una desaceleración del consumo, más paro
y más pobreza.
Estos cambios han
obligado a recalcular nuestros salarios continuamente. En enero de 2012 hubo
que aumentar el IRPF, para luego volver a bajarlo en el mes de agosto como
consecuencia del no percibo de la paga extraordinaria de Navidad, y todo ello
para ajustarnos a nuestras obligaciones con la Hacienda Pública "que no
perdona".
En 2013 de nuevo
se congelan nuestras retribuciones y se recupera la paga extraordinaria de
Navidad, pero además concurren circunstancias que harán que nuestra nómina se
diferencie notablemente de las de años anteriores, no sólo por las cuantías
sino también por los conceptos por las que se percibirán.
En 2012 hubo de
iniciarse la adaptación de nuestro convenio colectivo a la legalidad vigente
como consecuencia del requerimiento efectuado por la Junta de Andalucía.
También se modificó la Relación de Puestos de trabajo en su totalidad y con
motivo de ello el Pleno de Ayuntamiento acordó una nueva estructura salarial
que regirá en nuestro salario a partir de este mes de enero.
Con motivo de
estos cambios, los conceptos retributivos por los que veníamos cobrando dejan
paso a los nuevos que serán los siguientes:
Sueldo
Antigüedad
Complemento
de Destino
Complemento
Específico
Complemento
Personal Transitorio
En cuánto a las retribuciones mensuales estás se verán
sensiblemente rebajadas, para después será recuperada la diferencia en los meses
de Junio y Diciembre en las pagas Extraordinarias. Por lo tanto las
retribuciones totales del ejercicio 2013 no sufren modificación alguna, pero su
reparto a lo largo del año se hará de forma distinta a la que estábamos
acostumbrados. Si bien la liquidez se verá afectada por el aumento del IRPF,
que ha de regularizarse nuevamente al alza tras la recuperación de la paga
extraordinaria de Navidad.
Para cualquier duda que se te plantee en relación a tu
salario para 2013 en nuestra Sección Sindical te informaremos de cuanto sea de
tu interés.
“No me puedo apretar el cinturón y bajarme los
pantalones al mismo tiempo”.
El problema es que los pantalones de unos acaban
en el suelo porque a otros no les exigen que se aprieten el cinturón.