La sensación que todos tenemos es que aún no tienen ni la más remota idea de cómo salir de ella. Y la impresión generalizada es que los políticos y los máximos responsables de la política económica únicamente están centrados en que algunas de las principales macromagnitudes económicas –déficit público, inflación…- alcances los niveles que les dictan los mercados, dando la espalda a los verdaderos problemas de los ciudadanos.
Ante esta situación los trabajadores tenemos que continuar peleándonos, pero ahora de una forma más contundente. Es el momento de lanzar un fuerte “basta ya”, y demostrar que no estamos dispuestos a continuar soportando y pagando los efectos de una crisis que han causado otros.
En Andalucía, la clase trabajadora debe convertirse en “vanguardia” ante las continuas agresiones que estamos sufriendo por parte de los poderes económicos y mediáticos. La clase trabajadora tiene que ser el motor que logre que el conjunto de la ciudadanía salga a la calle en defensa de los pilares básicos del modelo de Estado Social y Democrático que define la Constitución Española y nuestro Estatuto de Autonomía.
El 29 de Septiembre del pasado año convocamos una Huelga General. Ese día los trabajadores a la calle protestamos contra una Reforma Laboral que nos impusieron y que, exclusivamente, se traducía en un incremento del poder de los empresarios en las empresas, y en una reducción de nuestros derechos laborales.
El día siguiente a la Huelga, anunciamos que no se iban a acabar ahí las movilizaciones. Advertíamos de que los empresarios y las Administraciones iban a sentir la presión de nuestra acción sindical a través de continuas movilizaciones en las calles, y en los centros de trabajo, en los edificios oficiales o a las puertas de los bancos. Todo ello con el objetivo de rectificar la política económica del Gobierno del Estado y revertir los aspectos más negativos de la Reforma Laboral.
Pero, si ya antes de la Huelga General, el Gobierno había aprobado un insolidario “Plan de Lucha contra el Déficit Público”, unos Presupuestos Generales regresivos e insuficientes y una Reforma Laboral propia de un partido de derechas, tras el 29-S continuó plegándose a las exigencias de los “mercados” y aprobó, por decreto-ley, una Reforma de la Negociación Colectiva que incide en los aspectos más lesivos de la Reforma Laboral, y que se escora hacia los intereses de la patronal. Además, ahora nos sorprenden con una Reforma de la Constitución dirigida a reducir las prestaciones sociales y a mermar, aún más, el llamado Estado del Bienestar.
Por todo esto, UGT Andalucía plantea a los ciudadanos que salgamos a la calle el próximo 7 de octubre a “pelear” por nuestros derechos, a “pelear” por lo que es justo.
2. EXIGENCIAS SINDICALES
Son muchas los motivos que nos llevan a volver a llamar a la ciudadanía a movilizarse, a llamar a la ciudadanía “a la calle”. Desde UGT ya hemos mostrado en multitud de ocasiones nuestro enfado y nuestra disconformidad con la mayor parte de la política económica, social y laboral que se viene llevando a cabo desde el Gobierno Central en el último año.
Una vez más, el Ejecutivo parece hacer oídos sordos al clamor popular que le exige un giro en la dirección de la actual política económica, una rectificación de las últimas decisiones tomadas en el ámbito laboral y una apuesta decidida por una política mucho más social.
En definitiva, los trabajadores andaluces lo que pedimos es que nuestros Gobiernos, los elegidos por nosotros, los que han logrado la victoria en las urnas gracias a nuestros votos, se decidan, de una vez por todas, a gobernar pensando, única y exclusivamente, en las repercusiones que sus decisiones tienen sobre la ciudadanía. No podemos continuar tolerando que las polítivcas más importantes, las que en mayor medida afectan a nuestras vidas, se tomen en función de los intereses de los “mercados”, de los intereses de los representantes del capital, en lugar de hacerlo en beneficio de los trabajadores, en beneficio del conjunto de los ciudadanos.
Por todo ello, en la manifestación del próximo 7 de octubre, vamos a centrar nuestras principales exigencias sindicales en tres áreas:
3. ÁMBITO LABORAL
Como era previsible, todas las crisis del sistema económico capitalista siempre tienen sus efectos más devastadores sobre el ámbito laboral y, especialmente, sobre los más débiles del mismo, es decir, sobre nosotros los trabajadores.
Sin duda, las consecuencias más negativa de la actual situación económica en la que nos encontramos es la destrucción de empleo. Desde que a mediados de 2007 se iniciara la crisis, en Andalucía se han destruido prácticamente medio millón de puestos de trabajo.
Y durante los momentos más duros de esta crisis, Andalucía ha llegado incluso a superar una barrera que, difícilmente, pensábamos todos que se pudiera sobrepasar, la del millón de desempleados sin que los Gobiernos hayan sido capaces de poner remedio ni solución a esta cuestión.
La tasa de paro andaluza se ha disparado hasta el treinta por ciento, lo que supone más de diez puntos porcentuales por encima de la registrada a nivel estatal y tenemos el dudoso orgullo de encabezar al conjunto de Comunidades Autónomas.
Más difícil es, aún si cabe, la situación para todos aquellos colectivos con especiales dificultades de acceso a un puesto de trabajo. ¿Qué futuro le espera a una Comunidad Autónoma en la que sus jóvenes se encuentran en paro? ¿Qué futuro le espera a Andalucía si la mayor parte de sus jóvenes han caído en la más absoluta desilusión y ven imposible acceder a un puesto de trabajo que le permita llevar a cabo un proyecto de vida propio? La respuesta es evidente, ninguno.
Pero el drama todavía es más preocupante en aquellos hogares en que todos sus miembros están parados. En Andalucía, prácticamente cuatrocientas mil familias se encuentran en esa situación y, al mismo tiempo, cada vez son más los miembros de las mismas que ven como están agotando todas y cada una de sus prestaciones y subsidios por desempleo.
Mientras tanto, el Gobierno Central no sólo se ve incapaz de lograr poner en marcha medidas que generen puestos de trabajo, es que ni tan siquiera parece querer hacerlo. En este sentido, el “decretazo” por el que se ha llevado a cabo la reforma de nuestro Sistema de Negociación Colectiva no hace más que reafirmar esta cuestión.
En nuestra Comunidad Autónoma, en la actualidad, más de setecientos convenios se encuentran bloqueados o sin haber sido negociados por culpa de las reticencias de una patronal que, en base a una concepción obsoleta del convenio, entiende la negociación colectiva como una obligación y no como una oportunidad para avanzar, de forma conjunta, en las relaciones laborales en el seno de la empresa.
Este incomprensible y continuo ataque a los pilares de la negociación colectiva está provocando que casi un millón de trabajadores andaluces no tengan reguladas sus condiciones de trabajo. Además, el poder adquisitivo de la clase trabajadora, base fundamental del consumo que se convirtió en uno de los principales motores del crecimiento en la anterior etapa de bonanza económica, se está viendo reducido a pasos agigantados. Tanto es así que más del 70% de los trabajadores andaluces tienen una retribución inferior a los mil euros al mes.
Es decir, siete de cada diez trabajadores, de esos que según otros deben considerarse afortunados por tener un puesto de trabajo, en términos de salario, ni tan siquiera son ya “mileuristas”.
Es el momento de exigir a los poderes públicos que centren todos y cada uno de sus esfuerzos en el principal de los objetivos: generar empleo de calidad. Pero los trabajadores ya estamos cansados de que nos engañen, crear empleo no se logra ni abaratando el despido, como hizo la Reforma Laboral, ni debilitando la figura del Convenio, tal como ha hecho la Reforma de la Negociación Colectiva.
Lejos de ello, desde nuestro Sindicato estamos convencidos de que la única vía posible para lograr crear empleo es a través de la reactivación de la actividad económica. La destrucción de puestos de trabajo no es más que una consecuencia de la contracción de la economía. Por lo tanto, si de verdad queremos dar solución al problema del desempleo, no se precisan actuaciones sobre el mismo, sino sobre la base del problema, es decir, lo que necesitamos es llevar a cabo iniciativas que logren volver a generar actividad económica.
Cuestión distinta es saber si, realmente, los Gobiernos Europeos están interesados en acabar con el paro o si, por el contrario, han aprovechado la coyuntura de crisis para realizar todas estas reformas neoliberales que antes no se atrevían a hacer. De forma parecida han obrado gran parte de los empresarios andaluces que, amparándose en las dificultades económicas del momento, han llevado a cabo innumerables despidos totalmente injustificados y, en muchos casos, ilegales.
4. ESTADO DEL BIENESTAR
Las últimas medidas llevadas a cabo están poniendo en serio riesgo nuestro actual Modelo Social, si es que queda ya algo de él. Los dirigentes europeos parecen haberse dejado convencer por las teorías más neoliberales, aquéllas que apuestan por lo individual frente a lo colectivo, las que defienden lo privado frente a lo público, aquéllas que, bajo la bandera de una mal entendida LIBERTAD están dejando sin contenido el principio de la IGUALDAD.
Si analizamos lo acontecido, en los últimos meses, con respecto a algunos de los pilares básicos de nuestro Modelo Social podemos comprobar como, por ejemplo, en materia de sanidad, algunos Gobiernos se han atrevido a proponer el “copago”, primer paso para eliminar las palabras “gratuito” y “universal” del Sistema Público Sanitario.
Pero junto a ello, prácticamente a diario, podemos observar como en muchas ciudades y municipios se cierran Centros de Salud, se reducen el número de camas hospitalarias o se restringen algunas de las más importantes pruebas y servicios médicos. En definitiva, todas estas actuaciones no hacen más que debilitar el Sistema Público Sanitario en beneficio del privado, de tal forma que se generen dos tipos de sanidad: la que sólo esté al alcance de los ricos y aquella otra con la que nos tengamos que conformar los trabajadores.
Cuestión parecida está ocurriendo en materia educativa. De forma encubierta se está empobreciendo la calidad del Sistema Público Educativo a partir de continuas reducciones del número de profesores, del incremento del ratio de alumnos por aula o segregando a los alumnos por cuestiones tan insolidarias, como la condición económica o la procedencia de su familia. En definitiva, también en materia educativa pretenden establecer dos categorías educativas: la de primera para los pudientes y otra de segunda para la clase trabajadora.
Con respecto a los Servicios Sociales, estamos asistiendo tanto a un continuo recorte de la mayor parte de las ayudas sociales, como de los llamados salarios sociales. Al mismo tiempo, de forma drástica, se están eliminando servicios y prestaciones en materia de atención a la dependencia.
Por último, otro problema fundamental con el que nos encontramos la mayor parte de los trabajadores es la enorme dificultad que tenemos para poder acceder a una vivienda en la que emprender un proyecto de vida digno, especialmente en el caso de los trabajadores jóvenes. Si en su día fue el desorbitado incremento del precio de la vivienda el que convirtió las mismas en un bien prohibitivo, sólo al alcance de pudientes y especuladores, en la actualidad, cuando parecía que bajaban levemente los precios, son las dificultades para acceder a un préstamo las que, igualmente, anulan cualquier opción real de acceder a una vivienda.
A esto se unen los embargos y desahucios de sus viviendas que cada vez sufren más ciudadanos ante la imposibilidad de poder pagar las muy abusivas hipotecas que tuvieron que firmar antes de quedarse en paro.
Los trabajadores andaluces no podemos continuar soportando estos continuos ataques al llamado Estado del Bienestar. No podemos permitir que nuestros Gobiernos no hagan aquello que incluían en sus programas electorales, aquello a lo que están obligados a hacer y para lo que depositamos nuestra confianza en ellos a través del voto.
Desde UGT Andalucía entendemos que es en estos momentos de crisis económicas cuando las Administraciones Públicas más deben apostar por la profundización y desarrollo de las políticas sociales. Es en estos momentos de dificultades para las familias trabajadoras andaluzas cuando más deben desarrollarse medidas dirigidas a eliminar las tremendas desigualdades que la crisis está provocando.
Desde el Sindicato también vamos a luchar contra la idea que parece haberse instaurado en Europa de crear ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda. Contra ello, debemos salir a la calle a mostrar nuestra indignación frente a los recortes de las políticas sociales, porque ya no se conforman con atacar y reducir nuestros derechos laborales como trabajadores, sino que ahora apuntan directamente a nuestra dignidad como ciudadanos, a nuestra dignidad como andaluces.
Es ahora el momento de “pelear” por la defensa de nuestro Estado del Bienestar, por unos Sistemas Públicos de calidad, que aseguren la igualdad de oportunidades para todos. Es ahora cuando tenemos que gritarle a los poderes públicos que queremos más y mejores políticas sociales, que queremos continuar creciendo, día a día, como ciudadanos dignos.
5. INTERVENCIONISMO ECONÓMICO
Para no volver a cometer los errores del pasado y evitar que podamos caer en otra crisis similar a la que estamos inmersos en la actualidad, es fundamental contar con un Estado fuerte, moderno y capaz de intervenir, de forma directa, en materia económica.
Los trabajadores ya estamos cansados de oír como unos y otros le echan la culpa a los “mercados”, a las multinacionales, a los grandes lobbys económicos, etc. Todo ello no hace más que atentar contra algunos de los más básicos e importantes principios básicos de la Democracia ya que, son esos que no han sido elegidos por el pueblo los que toman las decisiones económicas más importantes. Es decir, los ciudadanos andaluces tenemos la impresión de que son a “unos” a los que votamos y “otros” los que realmente nos gobiernan.
Para lograr dotar de fuerza al Estado es fundamental apostar por el refuerzo de una inversión pública que, a su vez, colabore con reactivar la economía y generar empleo. Es esta la forma de mandar un claro mensaje a esos “intangibles” poderes económicos y decirles que contamos con unos poderes públicos capaces de intervenir en la economía, capaces de actuar más allá de los caprichosos vaivenes del capitalismo.
Junto a ello, resulta imprescindible llevar a cabo una profunda reforma de nuestro actual sistema fiscal, a partir de un importante incremento de la progresividad del mismo. Es decir, ahora más que nunca, es necesario que sean los que más tienen los que más tengan que contribuir a las arcas públicas. Es por tanto fundamental acometer medidas como la restauración del impuesto sobre el patrimonio, la creación de un impuestos a las grandes fortunas, la elevación de los tipos más altos del impuesto sobre la renta, dar un nuevo tratamiento fiscal a las SICAV, etc. Por el contrario, el Gobierno se ha limitado a incrementar el IVA, un impuesto indirecto que pagamos todos igual, sin distinciones en función del poder adquisitivo.
Junto a estos dos aspectos, es igualmente prioritario potenciar las medidas de control público sobre el mercado financiero. Los ciudadanos andaluces no podemos volver a encontrarnos en una situación como la que ahora han creado las principales entidades financieras. Para ello, es necesario apostar, de una vez por todas, por la creación de una Banca Pública capaz de actuar cuando la iniciativa privada, aterrada por su pésima gestión, decide “cerrar el grifo” de la financiación.
Otra cuestión relevante, por la que nuestro Sindicato lleva apostando incluso desde el anterior periodo de bonanza económica, es por la necesidad de llevar a cabo un profundo cambio de modelo productivo. Uno de los motivos por lo que los efectos de la crisis están siendo muchos más agudos en nuestro territorio que en otras regiones de la UE es, sin duda, porque nuestro modelo de crecimiento se sustentaba en pilares tan endebles como la construcción y el consumo.
Para que no volvamos a encontrarnos en una situación similar es preciso que desde las Administraciones Públicas se fomente, de una vez por todas, la industrialización en Andalucía. La apuesta por el sector industrial es la única que, en el largo plazo, asegura el mantenimiento de unos niveles de desarrollo y de crecimiento sostenible que sirvan para generar empleo estable y de calidad. Junto a ello, es igualmente importante que este fomento de la industrialización se realice desde la innovación y desde el fomento de las nuevas tecnologías. Es decir, tres deberían ser los nuevos pilares de nuestro modelo de crecimiento: industria, innovación y empleo estable.
En definitiva, desde UGT Andalucía vamos a exigir a las Administraciones Públicas que intervengan de una forma más activa, en la realidad económica. El tiempo ha puesto de manifiesto cuales son las consecuencias para los trabajadores cuando todo el poder económico se deja en manos de especuladores cuyo único fin es el ánimo de lucro. En este sentido, la actual crisis económica no es más que el fiel reflejo del estallido de una burbuja capitalista que, aprovechando las inexistentes restricciones legales, se dedicaba a inflarse y a hacer que los ricos fueran cada vez más ricos, mientras que los pobres cada vez eran más pobres.
Frente a ello, nuestro Sindicato apuesta por una concepción totalmente distinta de lo que significa la palabra “economía”. Es necesario que los poderes públicos vuelvan a recuperar el poder de decisión en materia económica. Es decir, debemos exigir que sean nuestros representantes, los que democráticamente elegimos en las urnas, los que realmente puedan marcar los objetivos de la política económica y, de esta forma, llevar a cabo actuaciones que procuren la mejora del poder adquisitivo y del nivel de vida de la ciudadanía.
En definitiva, el próximo 7 de octubre los trabajadores andaluces vamos a salir a la calle para reivindicar un Estado y una Administración con la suficiente fuerza como para intervenir en la Economía. Vamos a exigir que sean nuestros gobernantes los que, mirando por el bien de los ciudadanos, tomen las principales decisiones económicas. Es decir, saldremos a reivindicar una economía cada vez más solidaria, una economía cada vez más social.
6. CONCLUSIONES
Es el momento de que los trabajadores volvamos a dar un golpe sobre la mesa y mostremos, claramente, nuestro “cabreo” tanto con la situación actual de crisis, como con la forma en la que se está gestionando la salida de la misma por parte de los poderes públicos.
El próximo 7 de octubre los trabajadores andaluces vamos a elevar nuestra voz para exigir, en el ámbito laboral:
- La derogación de la reforma laboral.
Para el logro de todas estas exigencias resulta fundamental que no sólo los trabajadores, sino el conjunto de la ciudadanía andaluza, participe en las movilizaciones. Es necesario que toda la Sociedad se sienta coparticipe de nuestros objetivos, y que las reivindicaciones de estas Movilizaciones y Manifestación las hagan suya.
Si queremos mejorar el nivel de éxito alcanzado en la pasada Huelga General debemos ser capaces de convencer a los ciudadanos andaluces de que no sólo se está atentando contra nuestros derechos laborales sino que, además, ahora se está destruyendo un modelo social logrado a partir de décadas de lucha sindical, política y ciudadana.
En la provincia de Cádiz será el día 6 cuando salgamos a la callle para manifestarrnos.
El próximo 6 de octubre la clase obrera, los autónomos, los estudiantes… tenemos que tomar las calles. Tenemos que pelear por el empleo y contra la destrucción de los derechos laborales y sociales. Es decir, vamos a defender nuestra dignidad como trabajadores, como ciudadanos y como personas.
Acabamos de saber que hoy hay 95.816 parados más. Hoy tenemos 95.817 razones más para salir a la calle el próximo viernes 7 de octubre, el día del empleo decente".
ResponderEliminarEmpresarios y administraciones públicas tienen hoy 3 aliados: el miedo, la resignación y la indiferencia de la gente
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